viernes, 2 de septiembre de 2016

Érase una vez...

Se fue Agosto, con muchas cargas inmensas...la vida, para recordarnos que es eso, un instante que se va al origen como el globito que sube y se esfuma...


Érase un niño que salía cada mañana,
y en el primer objeto que miraba, en ese objeto se convertía,
y ese objeto hacíase parte suya durante el día o cierta parte del día,
o durante muchos años o vastos ciclos de años.
Las costumbres, el lenguaje, los visitantes, los muebles familiares, el corazón anhelante y amoroso, el afecto que no permite contradicción, el sentimiento de lo que es real, la idea de que pueda al fin no ser real,
las dudas del día y las dudas de la noche, el sí y el cómo extraños.
Todas esas cosas hiciéronse parte de aquel niño que salía cada mañana, y que ahora sale y saldrá siempre cada día.

Walt Whitman