Conocí la obra de Rainer María Rilke, a través de una persona muy especial en mi vida.
Ha sido mi libro de cabecera CARTAS A UN JOVEN POETA.
Qué en 10 breves cartas se concentre una gran sabiduría no es habitual.
Cuando leí ese libro me gustaba el arte y me paseaba en esa disyuntiva como acceder a algo que me gustaba y dedicarme a aprender.
No sabía como hacerlo, pero si sabía lo que quería y me gustaba.
Y realmente eso es lo que tenemos que tener en claro.
Luego el tiempo, la paciencia, la ilusión, la persistencia, nos va dando respuestas, a lo que en su momento no teníamos la certeza.
Transcribo dos cortos párrafos de ese libro que concentran una gran enseñanza.
CARTA I "... Las cosas nunca son tan evidentes y claras como generalmente se pretende hacernos creer. La mayoría de los hechos no tienen explicación lógica; se cumplen en espacios en los que jamás entró una palabra; y lo más inexplicable de todo es una obra de arte, existencia misteriosa, cuya vida es eterna y opuesta a la nuestra, que se desvanece...Una obra de arte es buena cuando surge de la necesidad de crearla..."
CARTA IV "...tenga paciencia ante las interrogantes de su corazón, y trate de amar las preguntas como a moradas cerradas y libros escritos en un extraño lenguaje. No busque ahora las respuestas que aún no se le pueden dar, porque usted no podría vivirlas. Es necesario vivirlo todo. Viva ahora las preguntas, quizá alguna vez, y casi sin advertirlo, usted encontrará y vivirá las respuestas..."
Mi relación y pasión por el arte quizá se nutrió
de estos postulados en estas cartas...